Papá, quiero ser audiófilo

jajaja ¡ Real como la vida misma. Ahora me he acordado de que un buen audiofilo debe de beber algo de cierto nivel, vamos al nivel de su equipo, así que he ido a descorchar una botella de cava, de un buen brut cosecha de la familia y nada, aquí tomandome la segunda copita flauta, mientras escucho Dotsero y me recreo la vista extasiado contemplando mis hermosas Sophias y el brillo azulado de los leds que adornan las Plinius, el Esoteric y la PS P10. La música suena como los ángeles, suponiendo que ellos sean audiofilos y disfruten de este divino placer.

No olvides que al audiófilo le gusta comer bien. Si la cena no ha estado a la altura, no sirve.

Hamlet escribió:No olvides que al audiófilo le gusta comer bien. Si la cena no ha estado a la altura, no sirve.

Una gran verdad, pero he cenado de una taza de chocolate espeso y una ensalmada recién hecha... tengo que recuperarme de la inversión que hice adquiriendo la P10, ya sabes que el audiofilo es capaz de empeñarse hasta las cejas con tal de conseguir aquel cacharro que le roba el sueño...

Hamlet, genial.

Estupendo sentido del humor.

Gracias.

LA COMIDA


El audiófilo es un bon vivant. A diferencia del melómano, que goza de los placeres del alma, al audiófilo le gusta disfrutar de los placeres del cuerpo. Por tanto, el audiófilo es de buen comer.

En la imagen, reunión de audiófilos. Al parecer reina el buen ambiente, pero en realidad los amigos no volverán a esa casa porque el anfitrión solo les ha sacado unas ridículas tostaditas para el picoteo. Además, es fumador.



El audiófilo se ha levantado para colocar chacras antimagnéticos en las paredes. Sus amigos aprovechan para correr a la cocina y arrasar con su nevera.



Uno de los invitados le ha dicho al audófilo que se le ha caído un tapón de rodio que en realidad no existe. Ha sido una artimaña para enviar a otro audiófilo hasta la bodega del anfitrión.



Ahora le han dicho que los transitorios no se oyen, y le obligan a revisar la línea dedicada. A estas alturas, el jabugo se ha agotado, y alguien le ha escondido el tabaco.



Una feria. En la imagen de la izquierda, matando el tiempo mientras llega la hora de comer. A la derecha, audición torpemente programada a la hora de la comida. Sentado a la derecha, el comercial piensa en algo.



Acabó, por fin, la audición. Los audiófilos acuden a un restaurante en consonancia con sus equipos. "Lo importante es el sistema", dice un audiófilo.



Al audiófilo le espera un duro día por delante. Debe desayunar bien.



Típica comida audiófia. Durante la audición previa, el señor de las gafas ha expresado ciertas dudas sobre las propiedades de un cable. En consecuencia, se ha quedado sin comer. Eso explica su cara melancólica y arrepentida.



Dos reputados GoldenEars recogiendo su merecido premio tras haber distinguido un MP3 a 320kbps de un AAC a 224kbps.



Sala abarrotada durante una feria. Algún gracioso ha puesto en la entrada el cartel de ELITE RESTAURANT. Los audiófilos no entienden qué está pasando. En primera fila, un audiófilo sostiene un menú mientras busca dónde están los platos.

EL CACHARREO (III)


Es inevitable. Cacharrear exige agacharse, y al hacerlo suelen escaparse cosas. En la foto, un audiófilo, solo en casa, se ríe porque se ha peído.



Cacharreo durante una "prueba ciega" de desintoxiación. El objetivo de este cacharreo es dejar de cacharrear. ¿Alguien entiende algo?



Escena entrañable. Los mayores enseñan a cacharrear a los pequeños. La tradición no debe morir. El maestro va descalzo, para no pisar las radiofrecuencias.



"¿Qué, vamos a cacharrear o qué?", le dice el audiófilo a su amigo. Falta poco para que los niños salgan de la escuela y el audiófilo está impaciente.



El audiófilo jugando en la alfombra con su amigo. "Te cambio dos condensadores Elma, los tengo repes", le dice.



Mientras suena la música, el audiófilo más experimentado busca páginas guarris hasta que llegue la hora del cacharreo. El otro, en el sofá, duerme plácidamente.



Feliz porque le han regalado un altavoz de juguete para que pueda cacharrear en la cama.



¡Qué morbo tiene cacharrear en las ferias cuando todo el público te está mirando! ¡Y pensar que ellos han pagado pero no podrán cacharrear como tú!



Mientras suena la música, el audiófilo levanta la tapa para observar el interior atentamente, por si algo se mueve o palpita. Parece que todo está en orden. ¡Qué descansado se queda!



Exhausto, el audiófilo repasa mentalmente el cacharreo de hoy. "Ha sido un gran día", piensa.

Me descojono!!!!!!!!

Gracias de nuevo.

A mi el titulo de este hilo "Papa quiero ser audiofolo" me ha recordado a aquel anuncio del Atletic de Madrid, que pasaban por Tv que iba un niño detras en el coche y su padre conducía y el niño decía : "Papa, ¿por qué somos del Atletic?"

Es decir, que sabiendo que es una desgracia, no se puede evitar.

Post-it por favor

guardiola escribió:A mi el titulo de este hilo "Papa quiero ser audiofolo" me ha recordado a aquel anuncio del Atletic de Madrid, que pasaban por Tv que iba un niño detras en el coche y su padre conducía y el niño decía : "Papa, ¿por qué somos del Atletic?"

Es decir, que sabiendo que es una desgracia, no se puede evitar.

Pues imaginate que tengas esas dos taras.

LAS QUEDADAS


El audiófilo sabe que es exclusivo. Eso significa que a menudo se siente un bicho raro. Por eso queda con otros audiófilos como él, para demostrarle a su esposa y a sí mismo que hay gente que está peor que él.

Los nervios son normales en el primer encuentro. En la imagen, los audiófilos Jim, Franck y Joe acaban de conocerse en persona y ya se han dedicado elogios mutuos por lo bien que suenan sus equipos, que nunca han escuchado. Joe, a la derecha, no sabe mentir, como se ve por sus extraños sudores.



Típico audiófilo que no había sido invitado pero se coló. Siempre sonríe, sobre todo cuando quiere burlarse de las salas de los demás. Nunca perdonará que alguien le dijera en público, durante una quedada en su casa, que tenía puestos los cables rojo y negro al revés. Está pensando hacerse comercial.



¡Qué gusto da invitar a audiófilos como estos! Son de poco comer, y han asistido a tantos conciertos que apenas oyen nada y siempre te dirán que tu equipo suena fabulosamente.



Típico gracioso que en las quedadas se empeña en meter el dedo en el tweeter. "¿Es de diamante? ¿De verdad, de verdad?", pregunta entusiasmado.



A veces hay sorpresas. Los audiófilos han conocido a Peter, que en los foros se disfraza con el avatar de una calavera sobre una Harley en llamas. "¿De verdad tú eres BlackDragon?", le preguntan incrédulos.



A Johny lo invitan porque es un hacha encontrando el punto dulce.



Por supuesto, el sonido es una mera excusa. Los audiófilos acuden a la cita porque se les ha prometido buen yantar y buen beber. En la imagen, un audiófilo calibrando el equipo.



Los audiófilos quedan mayormente para cacharrear con cosas que no son suyas. A veces, juegan a hacer la prueba ciega del cafelito. En la imagen, unos audiófilos principiantes cometen el error de tapar los altavoces pero no las "electrónicas". "¡Está sonando el CD encendido!", proclama uno entusiasmado.



Momento solemne. Los audiófilos escuchan el equipo de su anfitrión. En la imagen, ponen cara de concentración mientras piensan en el próximo expulsado de Gran Hermano o en si al marcharse de casa dejaron el cable direccional bien colocado.



Tras la audición, todo el mundo comenta lo bien que sonaban los cables y las "electrónicas" del anfitrión. Horas después, de vuelta a casa, algunos de ellos coincidirán en lo espantoso del sonido y jugarán a contar cuántos nodos había.



Siempre hay quien aprovecha para llevarse algún regalito a casa. ¡Hay tantas "electrónicas" con las que cacharrear, y todas "gratis". En la imagen, dos conectores que fueron hallados en la chaqueta de un invitado cuando se dirigía al coche. Nadie se explica cómo pudo desoldarlas del cable mientras el equipo estaba sonando.



Estos componentes fueron hallados en el chaquetón de invierno de otro invitado. Las quedadas de audiófilos deben hacerse siempre en verano.



Otro robo incomprensible. En este caso, el anfitrión no se dio cuenta y siguió disfrutando sin quejarse de su equipo de música. "Pues no, no he notado nada raro. Tal vez que algunos archivos FLAC tienen una ligera sibilancia por la entrada óptica", respondió días después cuando lo tantearon.

Un hilo memorable, Hamlet. Creo que más de uno se ve (o nos vemos ) representado...

Antológico...........

muy bueno hamlet. me has hecho reir un rato y a mi mujer que pasaba en este instante por aqui tambien (asintiendo con la cabeza comforme pasaban las fotos) jejejeje
saludossssss

Vaya, y yo que creía que los audiófilos me retirarían la palabra...

alm escribió:

guardiola escribió:A mi el titulo de este hilo "Papa quiero ser audiofolo" me ha recordado a aquel anuncio del Atletic de Madrid, que pasaban por Tv que iba un niño detras en el coche y su padre conducía y el niño decía : "Papa, ¿por qué somos del Atletic?"

Es decir, que sabiendo que es una desgracia, no se puede evitar.

Pues imaginate que tengas esas dos taras.

Pues imaginate si eres del Mallorca que cada año toca sufrir para salvarse... y perdimos una copa del rey precisamente con el Atletico...
Ser audiofilo no se si es una tara, pero sale carísimo de la muerte y ademas te proporciona mas penas que alegrías, pero bueno, también tiene sus momentos...jeje...

LA CONCENTRACIÓN


El audiófilo es un hombre distraído, pues no en vano es un vividor. Sin embargo, es muy importante que sepa poner cara de concentración, especialmente en las audiciones públicas o cuando hay fotos de por medio.

El audiófilo José Pérez, sentado en el punto dulce, mira fijamente a su lector de CD momentos antes de que suene la música. Está ensayando las caras de concentración que pondrá durante la audición. Su discípulo, Antonio Morcillo, aprende de él desde la puerta de la cocina.



Tres audiófilos en distintas posturas de concentración. A la izquierda, Antonio Pelayo comete el error de reclinarse ligeramente hacia atrás, como si estuviera sentado en el metro; a la derecha, el audiófilo Johnny exhibe una postura pasota muy poco apropiada, como si le diera igual que sonase un Plinius o un Krell. En el centro, Higinio Andrés lo hace realmente bien: los brazos cruzados, las manos en los sobacos y la cabeza inclinada hacia los tweeters. Sobre la mesa, unos pañuelos por si hay que llorar.



Antonio ha mejorado bastante al cruzar los dedos, pero mira demasiado al fotógrafo; a la derecha, Johnny muestra una postura absolutamente impropia y pierde la escena estéreo. ¡Pero qué bien lo hace Higinio, en el centro, con esa mirada perdida, noble y varonil tan típica del audiófilo!



A veces está permitido girar la cabeza para comprobar que los cables no se han movido y siguen en su sitio:



Johnny está aprendiendo, pues a pesar de que piensa en el postre que se pedirá después de comer, su postura es muy audiófila, especialmente su manera de rascarse la barba y asentir con la cabeza cuando suenan los timbales.



Hágase como Higinio (izquierda), que se concentra con muchísima gracia. No se haga como Johnny (derecha), que aún no ha entendido la deferencia entre estar extasiado y estar alelado.



Esta imagen es un clásico de la concentración. Cuando trece audiófilos se reúnen después de comer y consiguen permanecer atentos, despiertos y sin cacharrear, se produce el momento mágico. En el sillón central, el audiófilo Antonio Carrascoso se concentra con una tensión y un magnetismo insuperables. Cuando termina la audición, todos le estrechan la mano por lo bien que lo ha hecho.



Hablando mientras suena la música, bebiendo cerveza en lata y sentados en sillas mugrientas. Estos "audiófilos" son de los que no encuentran "diferencias".



Es bien conocido el caso de Tommy Romero (centro, camiseta azul). Aunque estaba sordo como una tapia, era capaz de aguantar horas y horas absolutamente concentrado ante los altavoces, para pasmo de sus compañeros. Cuando un compañero, finalmente, se levantaba a cambiar el disco, siempre decía: "¡Qué maravilla, qué equipo más tremendo tienes!". En la imagen, el momento exacto en que los audiófilos se percatan del timo, tres cuartos de hora después de acabar la música. Los de detrás le gritan, entre burlas: "¡Ey, colega, cuando salgan los ultrasonidos nos avisas!". El pobre Tommy no se percata de las mofas, ¡pero es tan feliz!



Está permitido perder la concentración por dos motivos: cuando alguien grita "¡Vamos a cacharrear un rato!" y cuando llegan las pizzas. Son momentos de alivio.



Está permitido dormir durante la concentración. Gustavo Hinojosa (izquierda) es un especialista. Tarda un minuto en quedar traspuesto y se despierta mecánicamente cuando acaba la música, momento en el que exclama con brío: "¡Qué gran equipo tienes, te tengo gran envidia!". Durante el sueño, sabe seguir el ritmo con un pie y fruncir el ceño en los tuttis.



Tres audiófilos experimentados duermen con cara de concentración. El audiófilo de la barba negra ha aprendido a dormir con los ojos abiertos. El de la barba blanca sueña que está durmiendo en la cama de John Atkinson. El más moreno sueña con los cables que le llegarán mañana. El audiófilo de la derecha sueña con comida. De pie, dos aprendices.



Es normal que al abrir los ojos tras una audición las cosas se vean así:



Buscan diferencias. Esta concentración es especialmente ardua, cuasi dolorosa.

Esta última foto es absolutamente sensacional!!!

¡¡Como entienden!!,¡¡que capacidad de concentración!!, al borde del trance.....

Saben que les están haciendo la foto,¡lo saben!. Luchan entre ellos intentando ver quien pone la cara mas "high Tech" de los tres.

Una foto acojonante y muy divertida,pero falsa a mas no poder. ¿Escuchan igual en casa cuando están a solas?

Hamlet: un post muy muy divertido. Gracias.

Saludos

Reconozco a algunos, kir, merlin, luismax, alf... jajaja

los de esta ultima foto seguro que son de AP, de M... imposible, con esta cara de concentración y esfuerzo por apreciar el mas mínimo matiz...

Wilsoniano, el del fondo a la derecha SI es un infiltrado de M. El pobre tiene cara de "pero qué estoy haciendo yo aquí..." o de "a ver si sacan ya las cervezas y nos dejamos de host...as"

ENRIQUE_RGUEZ escribió:Wilsoniano, el del fondo a la derecha SI es un infiltrado de M. El pobre tiene cara de "pero qué estoy haciendo yo aquí..." o de "a ver si sacan ya las cervezas y nos dejamos de host...as"

Es verdad, no me había fijado bien, concentrado como estaba en las caras de los primeros... el pobre tiene cara de decir: "pero si no hay diferencias ¡¡¡" Saludos.

LA ENVIDIA COCHINA


El audiófilo es envidioso. Eso no es necesariamente malo. La envidia es lo que siente un hombre ambicioso cuando ve algo bueno en manos de quien no lo merece. El audiófilo es ambicioso porque quiere lo mejor. A menudo, por desgracia, lo mejor no es mío, sino de los otros. Sin envidia no hay audiofilia.

El reputado audiófilo Jim Smith va a hablarnos de la envidia cochina del audiófilo. En la imagen, Jim Smith se queda muy envidioso al ver que somos más guapos que él:



En la imagen, Jim sueña que un rayo achicharra la regleta High End de su vecino de arriba. "¿Para qué pondrá la música tan alta cuando llego a casa?", se pregunta, "¿Para que yo note que su equipo sí está bien filtrado?".



Dos audiófilos durante un comida. Llevan toda la tarde sin mirarse a las caras. El audiófilo de la barba ha tenido la osadía de llevar a la quedada su última audiometría. Está extasiado. A la derecha, el otro audiófilo está molesto, con razón. Cuando su compañero se levante, le escupirá en la copa: "¿A que esto no lo notas?", pensará para sí.



Dos envidiosos ignoran a propósito el equipo de su anfitrión durante una quedada. No han logrado superar que este adquiriera el mismo amplificador que ellos, pero en versión MKII, tres semanas después que ellos. "Ah, ¿pero habías puesto el equipo? Perdona, no nos habíamos dado cuenta", responden cuando les pide silencio.



Aprovechando que el anfitrión ha ido al baño, los audiófilos han enviado a Peter a desoldar y volver a soldar el cableado "punto a punto" en una maraña absurda. El anfitrión jamás debió decirles que ganó esa maravilla en eBay por 1,50$.



El audiófilo envidia muchas cosas, pero envidia mayormente las cosas que brillan, las que llevan cables gordos y las ferritas de madera.



Sin embargo, el principal mérito del audiófilo no es envidiar a los demás, sino ser envidiado por ellos. En la imagen, el audiófilo ya no sueña con el cacharreo, sino con que ha comprado la fábrica de Audio Note e invita a sus amigos a una visita guiada. ¡Sería tan bonito!



Corrillos de audiófilos, criticándose mutuamente. Pueden hacerlo en voz alta, puesto que los audiófilos no son conocidos por su buen oído.



Cuando la envidia arrecia, todo son pegas: "¡Vaya birria de enchufes!" "¿Esos cables no están en paralelo?" "¿Seguro que la moqueta es absorbente?". Los invitados no se callan hasta que el anfitrión no saca la comida.



"¡Pues el mío también suena muy bien!", miente Arthur mientras escucha el equipo de Jocelyn.



El audiófilo enchufa muchos cables en tomas falsas antes de que lleguen las visitas. En realidad, el cablecito de corriente va por debajo de la moqueta:



El audiófilo ha comprado esta lámpara en los chinos, pero hará ver que la conecta al equipo y la pondrá a la vista para que todo el mundo le pregunte qué es. "Un prototipo de Cardas, aún no comercializado", responderá sonriente.



Al audiófilo le gusta mucho que envidien su casa; a su mujer, también.



Súper contento porque hace una semana oyó que unos audiófilos lo criticaban. Desde entonces se relame de gusto y se ha dejado flequillo.



Dos pobres audiófilos buscando a alguien que les envidie:



El audiófilo se oculta entre los altavoces para mejor observar cómo los demás lo envidian. Está expectante por oír la frase mágica: "Pues me duele decirlo, pero lo tiene muy bien conjuntado. Suena mejor que el mío".



Por suerte, son minoría. Estos "audiófilos" ya no envidian los cacharros de los demás. ¿Tiene esto algún sentido?

Jojo... Cuidadito que ese totem de detrás de Alfonso tiene forma de... de...

Muy bueno Hamlet, lo peor es que detrás de estas ironías hay verdades como puños ¡¡¡ Por ejemplo, esto de tener un prototipo de alguna marca conocida que no esté comercializado... mola mucho ¡ o esto de que te envidien a la mujer, que se supone que es mas joven que uno y esta "riquísima" de la muerte, la muy "jodia", eso da mucha envidia y si ademas el marido tiene un súper equipo de estos "griegos" ya es el no va mas....
Muy currado tu hilo. Enhorabuena Hamlet.
saludos