Papá, quiero ser audiófilo
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Re: Papá, quiero ser audiófilo
Hamlet, me ha encantado esta frase:
"El audiófilo envidia muchas cosas, pero envidia mayormente las cosas que brillan, las que llevan cables gordos y las ferritas de madera."
¿Me permite usarla como firma? .
Saludos.
"El audiófilo envidia muchas cosas, pero envidia mayormente las cosas que brillan, las que llevan cables gordos y las ferritas de madera."
¿Me permite usarla como firma? .
Saludos.
gotran- Cantidad de envíos : 2191
Localización : Huelva
Fecha de inscripción : 14/12/2008
Re: Papá, quiero ser audiófilo
wilsoniano escribió:Muy bueno Hamlet, lo peor es que detrás de estas ironías hay verdades como puños ¡¡¡ Por ejemplo, esto de tener un prototipo de alguna marca conocida que no esté comercializado... mola mucho ¡ o esto de que te envidien a la mujer, que se supone que es mas joven que uno y esta "riquísima" de la muerte, la muy "jodia", eso da mucha envidia y si ademas el marido tiene un súper equipo de estos "griegos" ya es el no va mas....
Muy currado tu hilo. Enhorabuena Hamlet.
saludos
El sentido de la frase era: "A la mujer también le gusta que envidien su casa", pero ahora que lo pienso con doble sentido mola más.
Gotran, coge lo que quieras, faltaría más.
Un saludo
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Gran hilo Hamlet, divertido, original y esclarecedor.
Enhorabuena.
Manuel.
Enhorabuena.
Manuel.
villegas63- Cantidad de envíos : 4111
Edad : 61
Localización : Málaga
Fecha de inscripción : 22/08/2011
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Hamlet escribió:
Gotran, coge lo que quieras, faltaría más.
Un saludo
Dicho y hecho... .
Un saludo!!
gotran- Cantidad de envíos : 2191
Localización : Huelva
Fecha de inscripción : 14/12/2008
Re: Papá, quiero ser audiófilo
gotran escribió:Hamlet, me ha encantado esta frase:
"El audiófilo envidia muchas cosas, pero envidia mayormente las cosas que brillan, las que llevan cables gordos y las ferritas de madera."
¿Me permite usarla como firma? .
Saludos.
jajajajja eres un crack gotran
Re: Papá, quiero ser audiófilo
trocri escribió:gotran escribió:Hamlet, me ha encantado esta frase:
"El audiófilo envidia muchas cosas, pero envidia mayormente las cosas que brillan, las que llevan cables gordos y las ferritas de madera."
¿Me permite usarla como firma? .
Saludos.
jajajajja eres un crack gotran
Crack tú y tu avatar...!!
gotran- Cantidad de envíos : 2191
Localización : Huelva
Fecha de inscripción : 14/12/2008
Re: Papá, quiero ser audiófilo
gotran escribió:
Crack tú y tu avatar...!!
Trocri puedes escribir lo que quieras y cuando quieras
villegas63- Cantidad de envíos : 4111
Edad : 61
Localización : Málaga
Fecha de inscripción : 22/08/2011
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Hamlet, eres un fenómeno.
Mittchell- Cantidad de envíos : 464
Localización : Asturias
Fecha de inscripción : 29/01/2009
Re: Papá, quiero ser audiófilo
LOS CAUDALES
No existe el audiófilo pobre, o no debiera existir. Hubo un tiempo en que el audiófilo era un farmer man o un sibarita exquisito y refinado que jamás viajaba en metro y tenía palco propio en la ópera. Por desgracia, los tiempos han cambiado, y ahora cualquiera que tenga un netbook y un amplificador a pilas dice ser "audiófilo". O tempora o mores, que dijo aquel.
En la imagen, el perfecto audiófilo (izquierda) junto al guardaespaldas (derecha) de su altavoz (centro). El conde de Hinojosa y Marqués de Churruca es famoso por su sencillez y humildad, pues aún no ha exhibido sus cinco salas dedicadas en ningún foro. Últimamente le han dedicado una línea.
El matrimonio Garrincha colecciona cables. En su colección, formada por 7672 referencias, falta un modelo que les robó una visita durante una quedada. Son los principales benefactores de Head-Fi. En la imagen, recogiendo el premio Head-Fi Golden Ear, de contrastada independencia. "¡No nos lo esperábamos!", proclamaron segundos antes de conocer el veredicto.
En la imagen superior, típico "audiófilo" pobre poniendo cara de circunstancias en una tienda. Abajo, el equipo por el que ha preguntado y que el vendedor cree que quiere comprar.
¡Qué gozo, en cambio, ver a dos audiófilos ricos, felizmente casados y habitadores de una casa en la que no hay que pelearse por tener una sala dedicada!
Instalación de un audiófilo pobre, reunida tras años de duros ajustes. El tocadiscos del centro fue fruto de una permuta en Dubai a cambio de su esposa. El audiófilo nunca ha sido más feliz. "Perdí una esposa, peró gané silencio y un cuarto de baño", ha declarado.
Típica casa del típico audiófilo pobre. El audiófilo, corroído por la envidia que le han generado las últimas quedadas, ha decidido "clonar" él mismo las "electrónicas". ¡Así cualquiera!
El audiófilo rico tiene libros que no lee y discos que no escucha, porque un interiorista le dijo una vez que "esas cosas dan vida a las casas". Las "cosas" son los libros y los discos.
Pero veamos cómo le van las cosas al "audiófilo" pobre. ¡Vaya, dice que ha clonado un amplificador McKintosh! "He clonado un amplificador McKintosh", proclama orgulloso antes de que lleguen las visitas.
El audiófilo rico puede y debe permitirse estas cosas:
En cambio, el "audiófilo" pobre debe rebajarse a cosas como esta. "No lo uso porque sea barato, sino porque se ha demostrado científicamente que bla bla bla", argüirá sin la menor convicción.
El audiófilo de verdad es fácilmente reconocible, pues hace ostentación de su buen gusto:
Teófilo Garrido, notoriamente pobre, ostenta un lastimoso aparato que él mismo ha diseñado y construido, o que tal vez es de fabricación china. "Todavía no suena, pero cuando funcione le dará mil vueltas a tu equipo", le dice al audiófilo Martín Pellejo.
Típico audiófilo chancletero que va a las ferias para hacer ver que aprecia aparatos que nunca podrá pagar. Siempre termina diciéndole al comercial: "Pues no sé, yo lo compraría, pero no sé si conjunta con el living", o bien: "Es cuestión de estética, debo consultarlo con mi esposa".
Este mirón tiene tal caradura que le ha quitado la silla al comercial para sentarse indefinidamente ante las "electrónicas". En la imagen, el audiófilo pobre está tan extasiado que no se ha dado cuenta de que el comercial le quitó la silla media hora antes.
En el centro de la imagen, un audiófilo pobre viste el traje que se puso en su boda. Acaba de llegar de la estación y se marchará esa noche en autobús. Hará muchas preguntas y se mostrará súper interesado, como si fuera a comprar algo. "Luego me lo pediré en la internet", sostiene.
Durante la feria, unos audiófilos pobres recaudan dinero para comprar un Plinius a compartir entre cinco. ¡A lo que hemos llegado!
En una esquina, frotándose las manos por culpa de los nervios, el "audiófilo" Juan Garrincha no se atreve a solicitar el pago a plazos. "¡Qué van a pensar!", piensa.
El equipo está apagado. Estos mirones sueñan despiertos, con gesto melancólico. "¡Te tuve tan cerca!", suspirará en su casa Baldomero Londoño (de espaldas).
No hay que fiarse de ellos. Mientras dos audiófilos pobres distraen al comercial, su amigo el de la americana negra está a punto de agarrar el altavoz y salir corriendo al grito de "¡Me violan!". Por suerte, por la derecha asoma la heroica barriga de un guardia de seguridad. ¡Esta afición les debe tanto!
Dos audiófilos pobres que no pueden permitirse unos Stax los acaparan durante horas en una feria. El señor del chaleco ha vuelto por tercera vez para ver si ahora hay más suerte, pero los audiófilos pobres ponen cara de sueco.
Baldomero Londoño y Bernardo Barreto ya no aguantan más. Por fin se han dado cuenta de que jamás podrán acceder a la gama alta de Naim. En la imagen, entre sollozos, leen las condiciones de ingreso en Matrix.
No existe el audiófilo pobre, o no debiera existir. Hubo un tiempo en que el audiófilo era un farmer man o un sibarita exquisito y refinado que jamás viajaba en metro y tenía palco propio en la ópera. Por desgracia, los tiempos han cambiado, y ahora cualquiera que tenga un netbook y un amplificador a pilas dice ser "audiófilo". O tempora o mores, que dijo aquel.
En la imagen, el perfecto audiófilo (izquierda) junto al guardaespaldas (derecha) de su altavoz (centro). El conde de Hinojosa y Marqués de Churruca es famoso por su sencillez y humildad, pues aún no ha exhibido sus cinco salas dedicadas en ningún foro. Últimamente le han dedicado una línea.
El matrimonio Garrincha colecciona cables. En su colección, formada por 7672 referencias, falta un modelo que les robó una visita durante una quedada. Son los principales benefactores de Head-Fi. En la imagen, recogiendo el premio Head-Fi Golden Ear, de contrastada independencia. "¡No nos lo esperábamos!", proclamaron segundos antes de conocer el veredicto.
En la imagen superior, típico "audiófilo" pobre poniendo cara de circunstancias en una tienda. Abajo, el equipo por el que ha preguntado y que el vendedor cree que quiere comprar.
¡Qué gozo, en cambio, ver a dos audiófilos ricos, felizmente casados y habitadores de una casa en la que no hay que pelearse por tener una sala dedicada!
Instalación de un audiófilo pobre, reunida tras años de duros ajustes. El tocadiscos del centro fue fruto de una permuta en Dubai a cambio de su esposa. El audiófilo nunca ha sido más feliz. "Perdí una esposa, peró gané silencio y un cuarto de baño", ha declarado.
Típica casa del típico audiófilo pobre. El audiófilo, corroído por la envidia que le han generado las últimas quedadas, ha decidido "clonar" él mismo las "electrónicas". ¡Así cualquiera!
El audiófilo rico tiene libros que no lee y discos que no escucha, porque un interiorista le dijo una vez que "esas cosas dan vida a las casas". Las "cosas" son los libros y los discos.
Pero veamos cómo le van las cosas al "audiófilo" pobre. ¡Vaya, dice que ha clonado un amplificador McKintosh! "He clonado un amplificador McKintosh", proclama orgulloso antes de que lleguen las visitas.
El audiófilo rico puede y debe permitirse estas cosas:
En cambio, el "audiófilo" pobre debe rebajarse a cosas como esta. "No lo uso porque sea barato, sino porque se ha demostrado científicamente que bla bla bla", argüirá sin la menor convicción.
El audiófilo de verdad es fácilmente reconocible, pues hace ostentación de su buen gusto:
Teófilo Garrido, notoriamente pobre, ostenta un lastimoso aparato que él mismo ha diseñado y construido, o que tal vez es de fabricación china. "Todavía no suena, pero cuando funcione le dará mil vueltas a tu equipo", le dice al audiófilo Martín Pellejo.
Típico audiófilo chancletero que va a las ferias para hacer ver que aprecia aparatos que nunca podrá pagar. Siempre termina diciéndole al comercial: "Pues no sé, yo lo compraría, pero no sé si conjunta con el living", o bien: "Es cuestión de estética, debo consultarlo con mi esposa".
Este mirón tiene tal caradura que le ha quitado la silla al comercial para sentarse indefinidamente ante las "electrónicas". En la imagen, el audiófilo pobre está tan extasiado que no se ha dado cuenta de que el comercial le quitó la silla media hora antes.
En el centro de la imagen, un audiófilo pobre viste el traje que se puso en su boda. Acaba de llegar de la estación y se marchará esa noche en autobús. Hará muchas preguntas y se mostrará súper interesado, como si fuera a comprar algo. "Luego me lo pediré en la internet", sostiene.
Durante la feria, unos audiófilos pobres recaudan dinero para comprar un Plinius a compartir entre cinco. ¡A lo que hemos llegado!
En una esquina, frotándose las manos por culpa de los nervios, el "audiófilo" Juan Garrincha no se atreve a solicitar el pago a plazos. "¡Qué van a pensar!", piensa.
El equipo está apagado. Estos mirones sueñan despiertos, con gesto melancólico. "¡Te tuve tan cerca!", suspirará en su casa Baldomero Londoño (de espaldas).
No hay que fiarse de ellos. Mientras dos audiófilos pobres distraen al comercial, su amigo el de la americana negra está a punto de agarrar el altavoz y salir corriendo al grito de "¡Me violan!". Por suerte, por la derecha asoma la heroica barriga de un guardia de seguridad. ¡Esta afición les debe tanto!
Dos audiófilos pobres que no pueden permitirse unos Stax los acaparan durante horas en una feria. El señor del chaleco ha vuelto por tercera vez para ver si ahora hay más suerte, pero los audiófilos pobres ponen cara de sueco.
Baldomero Londoño y Bernardo Barreto ya no aguantan más. Por fin se han dado cuenta de que jamás podrán acceder a la gama alta de Naim. En la imagen, entre sollozos, leen las condiciones de ingreso en Matrix.
Última edición por Hamlet el Sáb Mayo 05, 2012 3:16 am, editado 1 vez
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Donde esta esa chincheta, por diossssss....
Tomcat- Cantidad de envíos : 1121
Localización : Barcelona
Fecha de inscripción : 08/01/2011
Re: Papá, quiero ser audiófilo
¡ chincheta! ¡ chincheta!
javiclas- Cantidad de envíos : 6719
Localización : toledo
Fecha de inscripción : 17/01/2012
Re: Papá, quiero ser audiófilo
LA INSATISFACCIÓN
Si un audiófilo dice estar satisfecho, una de dos: o miente, o no es un audiófilo. El audiófilo es muy aficionado a decir esta mentirijilla en público. Pero en realidad el auténtico audiófilo siempre aspira a más, lucha todos los días por superarse y mejorar y siente envidia cochina por los audiófilos a los que todo el mundo envidia. El audiófilo no es autocomplaciente: sabe que el motor de la historia no es la lucha de clases ni esas pamplinadas, sino la instisfacción y el resentimiento. ¡Qué grande hombre es el audiófilo!
La grandeza de esta noble afición es el "vuelta a empezar". Francisco Rebollo tiene, por fin, el equipo que soñó. Esta mañana le ha llegado el último dumper que le faltaba. Mientras contempla y fotografía su sala para que la vean los envidiosos, se siente extrañamente compungido. "¿Y ahora qué?", dicen que pensó.
La insatisfacción fomenta la creatividad. En la imagen, un audiófilo ha modificado el brazo de su tocadiscos con una pelota de golf y un cable conectado a la lámpara porque no soportaba cómo pronunciaba las eses Anny Whitehouse en su último disco. "Ahora está perfecto", cree él.
Este mando birrioso fomenta la insatisfacción. "Voy a upgradearlo", dice Eustaquio Fajardo.
Un sala dedicada como Dios manda exige un bar americano, donde el audiófilo y sus amigos puedan contarle al barman lo insatisfechos que están. "Ayer perdí la escena holográfica", le contará el audiófilo al camarero, mientras mira el fondo del vaso.
¡Esta sala es tan entretenida para un insatisfecho! Obsérvese todo lo que se puede upgradear o cacharrear: la posición de los altavoces, los paneles acústicos, la colocación de una alfombra gorda y grande, la adquisición de un mando universal, esa mesa tan bajita que no sirve para apoyar bien los pies, etc. A este audiófilo le esperan muchas horas de felicidad.
Otra vez, el típico sillón de cuero acústico. Sobre la mesa, una botella para ecualizar. Ambos elementos pueden upgradearse con facilidad. También el muñequito, que podría vibrar sobre los altavoces o tragarse los transitorios.
La insatisfacción suele ir unida a la duda. Este audiófilo ha ido acumulando cacharros (derecha) que se niega a vender. Ninguno le satisface, pero sabe que al día siguiente de venderlos suspirará: "¡Cómo me arrepiento! ¡Debí darle otra oportunidad, debí probarlos con otros cables!".
No hay más que verlos. Están profundamente insatisfechos, sobre todo el señor del fondo a la izquierda. El hombre, pensativo, musita: "¿Por qué vendí esa regleta?". A su derecha, dos audiófilos insatisfechos están a punto de besarse, en el límite de la insatisfacción. En primera fila, Cipriano Murrieta (izquierda) acaba de leer todas las revistas de ese mes y se lo está pensando. Vicente Quiñónez (derecha) está llorando porque no le gustan sus nuevos altavoces. ¡Qué dura es esta afición!
¡Pero qué sabias y comprensivas son las empresas con los insatisfechos! ¡Bendito el que inventó los upgrades! Ahora todo puede upgradearse a cómodos plazos. En la imagen, un plato Technics DJ's totalmente upgradeado. "Suena igual que antes", dice la esposa del audiófilo. "¡Y ha estado tan entretenido por las noches!", afirma su amante.
Aunque ya no hay más upgrades posibles, el audiófilo Carlos Ojete está pensando en colocar sobre el plato la estuilla de una bailarina con frufrú, para verla girar mientras escucha su música. "Además, hará de estabilizador", se consuela.
"Llevo 70 años en esto y jamás había visto algo igual", declara Pelayo Preciado al abrir el armario de un insatisfecho.
Este audiófilo ha llegado al límite. En la imagen, momentos antes de inmolarse junto a sus queridas "electrónicas". Antes de hacerlo, piensa que estaría muy bien upgradear el accionador de la dinamita. ¡Este muchacho es incorregible!
Carlos Tabarra (centro), junto a su esposa (izquierda) y el niño que dicen que apadrinó (derecha). ¡Silencio! Está muy concentrado upgradeando la piedra Shatki que acaba de recibir hoy mismo. "No tiene la forma adecuada", señala.
Diálogo dramático entre Conrado Raposo y Faustino Palizas. "Me paso al DRCop, me han dicho que es el upgrade definitivo", dice el primero. "No puedes hacerme esto, después de tantos upgrades juntos. ¿Y ahora quién va a cacharrear conmigo?", gimotea su amigo, totalmente destrozado.
Si un audiófilo dice estar satisfecho, una de dos: o miente, o no es un audiófilo. El audiófilo es muy aficionado a decir esta mentirijilla en público. Pero en realidad el auténtico audiófilo siempre aspira a más, lucha todos los días por superarse y mejorar y siente envidia cochina por los audiófilos a los que todo el mundo envidia. El audiófilo no es autocomplaciente: sabe que el motor de la historia no es la lucha de clases ni esas pamplinadas, sino la instisfacción y el resentimiento. ¡Qué grande hombre es el audiófilo!
La grandeza de esta noble afición es el "vuelta a empezar". Francisco Rebollo tiene, por fin, el equipo que soñó. Esta mañana le ha llegado el último dumper que le faltaba. Mientras contempla y fotografía su sala para que la vean los envidiosos, se siente extrañamente compungido. "¿Y ahora qué?", dicen que pensó.
La insatisfacción fomenta la creatividad. En la imagen, un audiófilo ha modificado el brazo de su tocadiscos con una pelota de golf y un cable conectado a la lámpara porque no soportaba cómo pronunciaba las eses Anny Whitehouse en su último disco. "Ahora está perfecto", cree él.
Este mando birrioso fomenta la insatisfacción. "Voy a upgradearlo", dice Eustaquio Fajardo.
Un sala dedicada como Dios manda exige un bar americano, donde el audiófilo y sus amigos puedan contarle al barman lo insatisfechos que están. "Ayer perdí la escena holográfica", le contará el audiófilo al camarero, mientras mira el fondo del vaso.
¡Esta sala es tan entretenida para un insatisfecho! Obsérvese todo lo que se puede upgradear o cacharrear: la posición de los altavoces, los paneles acústicos, la colocación de una alfombra gorda y grande, la adquisición de un mando universal, esa mesa tan bajita que no sirve para apoyar bien los pies, etc. A este audiófilo le esperan muchas horas de felicidad.
Otra vez, el típico sillón de cuero acústico. Sobre la mesa, una botella para ecualizar. Ambos elementos pueden upgradearse con facilidad. También el muñequito, que podría vibrar sobre los altavoces o tragarse los transitorios.
La insatisfacción suele ir unida a la duda. Este audiófilo ha ido acumulando cacharros (derecha) que se niega a vender. Ninguno le satisface, pero sabe que al día siguiente de venderlos suspirará: "¡Cómo me arrepiento! ¡Debí darle otra oportunidad, debí probarlos con otros cables!".
No hay más que verlos. Están profundamente insatisfechos, sobre todo el señor del fondo a la izquierda. El hombre, pensativo, musita: "¿Por qué vendí esa regleta?". A su derecha, dos audiófilos insatisfechos están a punto de besarse, en el límite de la insatisfacción. En primera fila, Cipriano Murrieta (izquierda) acaba de leer todas las revistas de ese mes y se lo está pensando. Vicente Quiñónez (derecha) está llorando porque no le gustan sus nuevos altavoces. ¡Qué dura es esta afición!
¡Pero qué sabias y comprensivas son las empresas con los insatisfechos! ¡Bendito el que inventó los upgrades! Ahora todo puede upgradearse a cómodos plazos. En la imagen, un plato Technics DJ's totalmente upgradeado. "Suena igual que antes", dice la esposa del audiófilo. "¡Y ha estado tan entretenido por las noches!", afirma su amante.
Aunque ya no hay más upgrades posibles, el audiófilo Carlos Ojete está pensando en colocar sobre el plato la estuilla de una bailarina con frufrú, para verla girar mientras escucha su música. "Además, hará de estabilizador", se consuela.
"Llevo 70 años en esto y jamás había visto algo igual", declara Pelayo Preciado al abrir el armario de un insatisfecho.
Este audiófilo ha llegado al límite. En la imagen, momentos antes de inmolarse junto a sus queridas "electrónicas". Antes de hacerlo, piensa que estaría muy bien upgradear el accionador de la dinamita. ¡Este muchacho es incorregible!
Carlos Tabarra (centro), junto a su esposa (izquierda) y el niño que dicen que apadrinó (derecha). ¡Silencio! Está muy concentrado upgradeando la piedra Shatki que acaba de recibir hoy mismo. "No tiene la forma adecuada", señala.
Diálogo dramático entre Conrado Raposo y Faustino Palizas. "Me paso al DRCop, me han dicho que es el upgrade definitivo", dice el primero. "No puedes hacerme esto, después de tantos upgrades juntos. ¿Y ahora quién va a cacharrear conmigo?", gimotea su amigo, totalmente destrozado.
Re: Papá, quiero ser audiófilo
EL ATUENDO
Un audiófilo no es una persona normal: es un ser exclusivo. Este es el motivo por el que los audiófilos son fácilmente reconocibles por su vestimenta (y porque suelen merodear por lugares de abundante comida).
Por su forma de vestir está claro que no son audiófilos: solo son unos pobres e infelices músicos al servicio del audiófilo.
Un audiófilo nunca se vestiría así ni llevaría un busca en el cinto. No hay dudas de que es un comercial que simula ser feliz.
Aún se está investigando el motivo, pero los buenos audiófilos caminan descalzos o en calcetines, tal vez para no desestabilizar los desacoplos. En la imagen, nuestro amigo Johnny viste como una auténtico audiófilo aventurero; a su lado, se ve a las claras que lo acompaña un principiante, pues no tiene personalidad en el vestir y aún está demasiado enjuto.
La mujer de un audiófilo, a quien su esposo obliga a caminar descalza, tampoco se sabe por qué motivo. El MIT ha prometido un estudio que no termina de llegar.
¡Este sí es un audiófilo de pura cepa! Por su vestimenta hortera, su pose algo mafiosilla y sus métodos de ecualización se le nota que es todo un vividor, de los que todo el mundo respeta cuando entra en una tienda de audio.
La calvicie es una honra para el audiófilo, pues indica que se ha rascado mucho durante las concentraciones y mejora su percepción de los sonidos traseros.
Ya conocíamos a Jim, Joe y Tim. Son tres veteranos audiófilos a quienes sus madres compran la ropa en la misma tienda del barrio. Se trata de un tipo de audiófilo muy apreciado por su sencillez de trato y su tendencia al HUM.
He aquí a la madre de Joe, que se compra la ropa en la misma tienda que la de su hijo. Está muy orgullosa de que su hijo le haya salido audiófilo. "Estoy muy orgullosa", dice, "podría haber salido ingeniero o melómano, ¿se lo imagina, querido?".
Si el audiófilo lleva camisa, esta debe ir siempre por fuera. De lo contrario, podrían confundirlo con un comercial o un vendedor de cables.
Otro perfecto audiófilo, a punto de cambiar el CD con una solemnidad admirable. Lo distinguen los colores llamativos, los vaqueros holgados y la camiseta por fuera. Dicen que iba descalzo.
Estas ridículas poses que luego colgará en los foros distinguen al buen audiófilo del mero impostor.
¡Ya era hora! Esas bermudas y ese aire de calculada dejadez caracterizan al audiófilo americano, envidiado por los audiófilos polacos por su buen comer, su excelente concentración y su amplísima colección de cables gordos.
José Romero se ha sentado un momento para quitarse las bambas y quedarse descalzo antes de la audición. "Soy exclusivo", piensa mientras posa.
A fuerza de rascarse en las concentraciones, este audiófilo se está quedando calvo. "Ahora todo es más holográfico", sonríe. Lentamente, con los años sus orejas se van abriendo y enfocan con más precisión a los tweeters. No necesita gafas, pero se las pone para mejor ver las "electrónicas" cuando escucha de noche, en la oscuridad.
Cuando no lleva bermudas, el audiófilo viste pantalones holgados. Esto tiene su lógica, pues le permite apropiarse de ciertas "electrónicas" ajenas cuando visita la casa de otro audiófilo. En la imagen, Anacleto Palomares se despide de Rodolfo Rebollo. ¿Qué llevará Rodolfo en ese enorme bolsillo? Durante los días siguientes, Anacleto buscará afanosamente su DAC mientras se ve forzado a usar, corroído por la envidia, un lector de DVD. Obsérvese que ambos acaban de arremeterse la camisa solo para hacerse la foto.
¡Pues claro! ¡Hay que estar muy orgulloso de ser audiófilo! Los americanos aprecian mucho esta pose torera cuando posan para sus equipos.
A los "audiófilos" chinos todavía les queda mucho camino por recorrer.
El bueno de Joe está que se sale. Se ha vestido "informal" porque no está su madre, y hasta se ha quitado los calcetines ante las quejas de los demas audiófilos. ¡La audiofilia nos depara tantos momentos felices como este!
Pero, ¿qué tipo de "audiófilos" son estos, con esas camisetas por dentro, esa bragueta desabrochada, ese jersey mal atado al cinto y bebiendo cerveza en lata? Sentado, Cipriano Murrieta trata de encender el DVD mientras atiende a una llamada de móvil, sin éxito. De pie, Eustaquio Verdejo le insiste: "Apunta al tweeter, apunta al tweeter". ¡Así estamos como estamos!
Un audiófilo no es una persona normal: es un ser exclusivo. Este es el motivo por el que los audiófilos son fácilmente reconocibles por su vestimenta (y porque suelen merodear por lugares de abundante comida).
Por su forma de vestir está claro que no son audiófilos: solo son unos pobres e infelices músicos al servicio del audiófilo.
Un audiófilo nunca se vestiría así ni llevaría un busca en el cinto. No hay dudas de que es un comercial que simula ser feliz.
Aún se está investigando el motivo, pero los buenos audiófilos caminan descalzos o en calcetines, tal vez para no desestabilizar los desacoplos. En la imagen, nuestro amigo Johnny viste como una auténtico audiófilo aventurero; a su lado, se ve a las claras que lo acompaña un principiante, pues no tiene personalidad en el vestir y aún está demasiado enjuto.
La mujer de un audiófilo, a quien su esposo obliga a caminar descalza, tampoco se sabe por qué motivo. El MIT ha prometido un estudio que no termina de llegar.
¡Este sí es un audiófilo de pura cepa! Por su vestimenta hortera, su pose algo mafiosilla y sus métodos de ecualización se le nota que es todo un vividor, de los que todo el mundo respeta cuando entra en una tienda de audio.
La calvicie es una honra para el audiófilo, pues indica que se ha rascado mucho durante las concentraciones y mejora su percepción de los sonidos traseros.
Ya conocíamos a Jim, Joe y Tim. Son tres veteranos audiófilos a quienes sus madres compran la ropa en la misma tienda del barrio. Se trata de un tipo de audiófilo muy apreciado por su sencillez de trato y su tendencia al HUM.
He aquí a la madre de Joe, que se compra la ropa en la misma tienda que la de su hijo. Está muy orgullosa de que su hijo le haya salido audiófilo. "Estoy muy orgullosa", dice, "podría haber salido ingeniero o melómano, ¿se lo imagina, querido?".
Si el audiófilo lleva camisa, esta debe ir siempre por fuera. De lo contrario, podrían confundirlo con un comercial o un vendedor de cables.
Otro perfecto audiófilo, a punto de cambiar el CD con una solemnidad admirable. Lo distinguen los colores llamativos, los vaqueros holgados y la camiseta por fuera. Dicen que iba descalzo.
Estas ridículas poses que luego colgará en los foros distinguen al buen audiófilo del mero impostor.
¡Ya era hora! Esas bermudas y ese aire de calculada dejadez caracterizan al audiófilo americano, envidiado por los audiófilos polacos por su buen comer, su excelente concentración y su amplísima colección de cables gordos.
José Romero se ha sentado un momento para quitarse las bambas y quedarse descalzo antes de la audición. "Soy exclusivo", piensa mientras posa.
A fuerza de rascarse en las concentraciones, este audiófilo se está quedando calvo. "Ahora todo es más holográfico", sonríe. Lentamente, con los años sus orejas se van abriendo y enfocan con más precisión a los tweeters. No necesita gafas, pero se las pone para mejor ver las "electrónicas" cuando escucha de noche, en la oscuridad.
Cuando no lleva bermudas, el audiófilo viste pantalones holgados. Esto tiene su lógica, pues le permite apropiarse de ciertas "electrónicas" ajenas cuando visita la casa de otro audiófilo. En la imagen, Anacleto Palomares se despide de Rodolfo Rebollo. ¿Qué llevará Rodolfo en ese enorme bolsillo? Durante los días siguientes, Anacleto buscará afanosamente su DAC mientras se ve forzado a usar, corroído por la envidia, un lector de DVD. Obsérvese que ambos acaban de arremeterse la camisa solo para hacerse la foto.
¡Pues claro! ¡Hay que estar muy orgulloso de ser audiófilo! Los americanos aprecian mucho esta pose torera cuando posan para sus equipos.
A los "audiófilos" chinos todavía les queda mucho camino por recorrer.
El bueno de Joe está que se sale. Se ha vestido "informal" porque no está su madre, y hasta se ha quitado los calcetines ante las quejas de los demas audiófilos. ¡La audiofilia nos depara tantos momentos felices como este!
Pero, ¿qué tipo de "audiófilos" son estos, con esas camisetas por dentro, esa bragueta desabrochada, ese jersey mal atado al cinto y bebiendo cerveza en lata? Sentado, Cipriano Murrieta trata de encender el DVD mientras atiende a una llamada de móvil, sin éxito. De pie, Eustaquio Verdejo le insiste: "Apunta al tweeter, apunta al tweeter". ¡Así estamos como estamos!
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Especialmente estos últimos dan cierto espanto
Kapton- Cantidad de envíos : 11746
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 17/12/2008
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Ya te digo.
Es que el Paco este.....................me estás quitando la afición Paco.
¿De verdad me veis así a mi de loco?
Lo pregunto solo por la edad.
Es que el Paco este.....................me estás quitando la afición Paco.
¿De verdad me veis así a mi de loco?
Lo pregunto solo por la edad.
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Rebombori escribió:Ya te digo.
Es que el Paco este.....................me estás quitando la afición Paco.
¿De verdad me veis así a mi de loco?
Lo pregunto solo por la edad.
Hombre Rafa!!! después de ver en una foto el gersei hortera de marinerito ochentero que gastas queda claro que eres un audiofilo de pro,en cuanto a otro solemne como Kapton no hay nada que decir todos conocemos sus famosos polos palo de rosa.
También existe una foto tuya Rebo en la cual tu pose no se si efectivamente es de loco, pero un poco loca si que es.
Un saludo
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Madre mía lo que leo.
Y yo que pensaba que me veíais como un audiófilo normal y corriente.
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Ahora ya no se lleva eso, los que tengo son fucsia chillóntrocri escribió:Rebombori escribió:Ya te digo.
Es que el Paco este.....................me estás quitando la afición Paco.
¿De verdad me veis así a mi de loco?
Lo pregunto solo por la edad.
Hombre Rafa!!! después de ver en una foto el gersei hortera de marinerito ochentero que gastas queda claro que eres un audiofilo de pro,en cuanto a otro solemne como Kapton no hay nada que decir todos conocemos sus famosos polos palo de rosa.
También existe una foto tuya Rebo en la cual tu pose no se si efectivamente es de loco, pero un poco loca si que es.
Un saludo
Kapton- Cantidad de envíos : 11746
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 17/12/2008
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Tu problema con los polos acabara siendo este.
KILLMIK71- Cantidad de envíos : 2520
Edad : 53
Localización : Barcelona
Fecha de inscripción : 04/02/2009
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Jajaja...
Aunque cuidadito porque...
Aunque cuidadito porque...
Kapton- Cantidad de envíos : 11746
Localización : Madrid
Fecha de inscripción : 17/12/2008
Re: Papá, quiero ser audiófilo
Pues no me queda mucho,no.
KILLMIK71- Cantidad de envíos : 2520
Edad : 53
Localización : Barcelona
Fecha de inscripción : 04/02/2009
Re: Papá, quiero ser audiófilo
ay, que no salgan las fotos de elitexpo, señor ....
Jaime2010- Cantidad de envíos : 4193
Localización : Santiago de Chile
Fecha de inscripción : 31/05/2010
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